viernes, 27 de noviembre de 2015
Podría ser un montón de cosas (por Leigh Stein)
Gracias a la viciada definición del eterno retorno
no me agrada hablar de materias filosóficas.
Han encontrado la verdad y la verdad es que
no hay verdad alguna, así que en sábado ellos
usan sus abrigos y se quedan sumidos en sus reflexiones
y tratan de averiguar cuál infancia fue peor,
pero al final ellos caen en la cuenta de que comparten
el mismo sueño de tener una razón
para unirse al programa de protección a testigos
para decepcionar al menos a una persona, quien
pensó que su sueño era tan único como él.
La otra noche una galleta de la fortuna me decía
que no congeniaría con nadie,
y a cambio aprendí la palabra china
para decir uva: putao, esto me hizo imaginar cómo cada
uno informa al otro. Para averiguarlo, ve a la página 117.
Me imagino cuánto tiempo podré vivir aquí
antes de hacer algo irresponsable como
conocer algún adolescente en una rueda de la fortuna en 1941
o quedarme en la calle y ver a los semáforos
cambiar de verde a amarillo o sentarme en un porche
columpiándome al atardecer y escuchar Leaves of Grass
leído por alguien que no ha hecho otra cosa que trabajar todo el día
con sus manos. Ya en la página 56 te amo
tanto que sólo quiero robar tu ropa
cuando te has dormido y lavarla. Quiero
comunicarme telepáticamente contigo hasta envejecer
y sufrir de demencia y no importarme que no pueda
recordar que sé cómo tocar el piano hasta
que la enfermera me diga que lo sé y aun así negarme a tocar
hasta que ella ponga mis manos en las teclas y entonces
ahí tendremos a Chopin tan rápido, como la luz
que se derrama en las ventanas inclinándose
a las lilas. Gracias a la viciada definición del eterno
retorno estoy delante de un espejo
sosteniendo una copia de la película basada en el libro
que escribiste basada en las partes de nuestra vida
juntos que ya no logro recordar y
mirando hacia mí veo a una mujer sosteniendo
la película basada en un libro basado en su vida
y ella se pregunta si la mujer que ve
desea morir tanto como ella. Sigo
mirando este moretón en mi pierna y dibujo
un espacio en blanco. Anoche que llamaste te conté
que era feliz, lo que era cierto, pero pensando hacia el futuro
podría ser tremendamente infeliz, también, si es eso
lo que deseas escuchar. Podría ser un montón de cosas más:
una muñeca, un fantasma, una bahía, una soga. Pude
ser la persona que no conocía el lenguaje.
Yo podría ser la razón por la que te llevaron.
Yo podría ser la última persona que te vio con vida.
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3 comentarios:
Todo es cíclico, todo rota en la gran rueda del cosmos. ¿Seremos la excepción?
Repara tu carreta en el invierno y tu trineo en el verano.
(proverbio armenio)
Nunca ME duele
TU cabeza. MI estómago
jamás TE duele.
(CUQUI COVALEDA)
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