lunes, 18 de enero de 2016
Se le ha caído un río (por Fernando Beltrán)
En un bar de Madrid
la prostituta polaca
se dispone a enseñarnos el lugar
donde nació Szymborska.
Abre el cajón que está bajo la barra,
desdobla poco a poco un mapa,
lo extiende ante nosotros
con memoria infinita
y señala de pronto un punto negro
que nos hace temblar.
Suspira luego muy hondo
desde el filo
de sus uñas metálicas
y comienza a doblarlo nuevamente
sin conseguirlo nunca.
Se le ha caído un río
sobre la falda,
se le alza en los pliegues de la blusa
la montaña del hambre,
y le cruza
de ciudad a ciudad, de pecho a espalda,
la oscura carretera de una noche
que no viene en los mapas.
Dice después que somos los primeros
en hablarle ese día algo amable
y nos quedamos mudos
y extraviados
sin saber qué decir mientras doblamos
poco a poco el deseo
que nos llevó hasta ella
y regresamos luego al frío de la calle
con nuestro amor de siempre,
el cuerpo de la nada
donde los poetas emergen
desvalidos e inmensos como bloques
de viviendas pobres
cada vez que alguien nombra el esqueleto
de su ropa tendida.
Esta barriada al sur
que no es hermosa,
pero es quizá el lugar donde esta noche
también nació Szymborska,
donde anónima y muda la poesía
que no viene en los libros
aparece de pronto tras la barra
de una historia cualquiera,
en cualquier parte.
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8 comentarios:
Un regalo cada día.
Es lo que me encuentro aqui cada mañana mientras desayuno.
Os doy las gracias.
Construimos demasiados muros y demasiado pocos puentes.
(NEWTON)
El mal que te hicieron escríbelo en la arena. El bien que te hicieron escríbelo en el mármol.
(FRANKLIN)
La gran Ruleta.
La total Lotería.
El dios Azar.
(RAFAEL BALDAYA)
A las buenas costumbres nunca me acostumbré.
(SABINA)
Qué bien construyó tu casa
el albañil que la hizo,
que por fuera está la gloria
y por dentro el paraíso.
No llama Ulises
por teléfono móvil
nunca a Penélope.
(CUQUI COVALEDA)
Me temo, Cuqui,
que Ítaca estaba fuera
de cobertura.
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