Apártate de todo esta mañana
y adéntrate en ti mismo al tiempo que te adentras
en la insólita paz de este olvidado
retiro silencioso.
No hay nadie. Quedan lejos
la ciudad y sus gentes, los trabajos
tan tristes de los hombres. Es tu amigo
el buen sol de febrero, que acaricia
con mucho amor las cosas y derrama
su milagro en tu piel. Vivir deseas
con la antigua inocencia este momento
y ser de nuevo aquel adolescente
que aquí solía venir cuando necesitaba
estar solo y soñar.
Pero detente. Mira.
¿Recuerdas? Puedes verlo. En un banco de piedra
está sentado. Tiene
un cuaderno en las manos, y unos libros
hay junto a él. Quién sabe
en qué estará pensando. Ignora tantas cosas
que te enseñó la vida y que quisieras
no saber.
Déjalo. Nada le digas.
Tiempo habrá de que el tiempo
lo acerque a ti y te alcance.
Pasa a su lado y sigue. No destruyas
el encanto. Silencio. Sed dichosos
bajo esta luz bendita.
Entre las ramas
de los naranjos cantan los jilgueros.
5 comentarios:
Siempre hay otro u otra que ocupa nuestra plaza de ayer vacante en el hoy.
Sólo recuerdo la emoción de las cosas.
(MACHADO)
Hombre perezoso, por no dar un paso al final da ocho.
Hágase el milagro y hágalo el diablo.
El niño que todos llevamos dentro suele estar muerto de miedo al tener que convivir con el monstruo que también habita en nuestro interior.
(SABORIT)
Publicar un comentario