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sábado, 25 de junio de 2016

Para que no canten ellos (por Alejandra Pizarnik)


Son mis voces cantando

para que no canten ellos,

los amordazados grismente en el alba,

los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

Hay, en la espera,

un rumor a lila rompiéndose.

Y hay, cuando viene el día,

una partición del sol en pequeños soles negros.

Y cuando es de noche, siempre,

una tribu de palabras mutiladas

busca asilo en mi garganta,

para que no canten ellos,

los funestos, los dueños del silencio.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que llenar el silencio de música y susurros para que no lo copen los lamentos, los chirridos.

Dimes y Diretes dijo...

Nunca guardo en mi memoria lo que puedo guardar en mi agenda.

(EINSTEIN)

TóTUM REVOLùTUM dijo...

¿Por qué decimos Justicia cuando queremos decir Dirimencia? Los tribunales no administran justicia: dirimen; administran dirimencia.

Cide Hamete Benengeli dijo...

No vale nada la vida,
la vida no vale nada:
comienza siempre llorando
y así, llorando, se acaba.

TóTUM REVOLùTUM dijo...

La calle de Después hace esquina con la plaza de Nunca.

Cide Hamete Benengeli dijo...


No me digas que no beba,
no vaya a ser que otro día
quiera beber y no pueda
porque me falte alegría.

Aldonza Lorenzo dijo...

En cosas del corazón, mandar es cuestión de dos.