Bajo la piel hay alforjas
para guardar las noches
lentas, ojeras ocaso
donde se ponen
fulgores y encallan los soles
hasta hacerse crónica
nocturna, pliegue
del desvelo.
Marsupiales
cargan sus penas párvulas:
ese modo
tan humano de llorar
por dentro, de penar
por dentro hasta convertir
en piedra lunar
el llanto.
Dos criaturas de lomo púrpura
abrevan la luz
convaleciente
en nuestros ojos.
5 comentarios:
Echar de menos un instante es echar de menos a aquél que éramos entonces.
No se analizan
nunca el colesterol
los Reyes Godos.
(CUQUI COVALEDA)
Lo bueno suena, lo malo truena.
No desprecies a la serpiente porque no tiene cuernos.
(proverbio albano)
Pido a la vida,
pido a la muerte,
que cuando no esté
digas en voz alta
que fuiste amado por mí
(BEGOÑA ABAD)
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