Adelántate a toda despedida, como si la hubieras dejado
atrás, como el invierno que se está marchando.
Pues bajo los inviernos hay uno tan infinitamente invierno
que, si lo pasas, tu corazón resistirá.
Sé siempre muerto en Eurídice, sube cantando,
regresa ensalzando a la pura relación.
Aquí, entre los que se desvanecen, en el reino de lo que declina,
sé una copa sonora que con sólo sonar se rompió.
Sé, y conoce al mismo tiempo la condición del no-ser,
el infinito fondo de tu íntima vibración
para que la lleves al cabo del todo, esta única vez.
A las reservas de la Naturaleza en plenitud, tanto a las usadas
como a las sordas y mudas, a las indecibles sumas,
añádete, jubiloso, y aniquila el número.
3 comentarios:
Ni hubo pre-tiempo ni habrá post-tiempo. Sin tiempo no hay antes ni despueses.
El cementerio.
Ningún muerto está aquí
más muerto que otro.
(RAPHAEL BALDAYA)
Más mata una mala lengua
que la mano del verdugo:
el verdugo mata a un hombre,
y una mala lengua, a muchos.
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