jueves, 15 de septiembre de 2016
O piérdeme (por Antonio Colinas)
Perdámonos más allá, más allá todavía,
en las lomas de las piedras de bronce,
en las montañas negras de septiembre,
en cuyas hondonadas
pronto alzarán los chopos sus hogueras.
Perdámonos o deja que me pierda
en ti, o acaso tras las tapias,
también de bronce,
de este mínimo huerto.
Detrás veo un nogal
y a su sombra hallaríamos
tu paz y la mía.
Llévame, o tráeme, o piérdeme
por esta amarga y dulce tierra nuestra,
pero este anochecer del verano moribundo
no me saques del laberinto sin salida
de tus ojos.
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3 comentarios:
Quien siembra malas pepitas, recoge malas sandías.
Más grande la cabeza, más grande la jaqueca.
El cantaor sin sufrimiento es una guitarra sin cordaje: hace ruido, pero no suena. Las gentes creen, por lo regular, que los ayes y garganteos son presumidos adornos, agilidades, floreos; mentira. Son gemidos, y por eso, según lo que sufre cada cantaor, estruja y moldea las coplas para darles la forma de su queja y el sabor de sus lágrimas.
(REYLES)
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