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martes, 22 de agosto de 2017

Cristo se bajó (por Lawrence Ferlinghetti)


Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y huyó a donde
no hubiera árboles de Navidad arrancados
con caramelos y estrellas frágiles.

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
y huyó a donde
no hubiera árboles de Navidad dorados
ni árboles de Navidad plateados
ni árboles de Navidad de papel de estaño
ni árboles de Navidad de plástico rosado
ni árboles de Navidad de oro
ni árboles de Navidad negros
ni árboles de Navidad celestes
y rodeados de trencitos de lata
y tíos pesados y creídos

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y huyó a donde
ningún intrépido vendedor ambulante de Biblias
recorriera el país
en un cadillac de dos tonos
y donde ningún Nacimiento de Sears Roebuck
completo con Niño de plástico y pesebre
llegara por correo certificado
el niño con entrega inmediata
y donde los Magos de televisión
no cantaran alabanzas al Whisky Lord Calvert

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y huyó a donde
ningún gordo desconocido y bonachón
vestido de franela roja
con barba de mentira
caminara haciéndose pasar
por una especie de santo del Polo Norte
a través del desierto de Belén Pennsylvania
en un trineo Volkswagen
arrastrando por renos retozones de Adirondack
con nombres alemanes
y cargado de sacos de Humildes Regalos
de Sacks de la Quinta Avenida
para el Niño Dios que cada uno se imagina

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y huyó a donde
los cantadores de villancicos de Bing Crosby
no lloriquearan que la Nochebuena es fría
y los ángeles del Radio City
no patinaran sin alas
en un país de las maravillas todo nevado
entrando a un cielo de alegres cascabeles
diariamente a las 8:30
con matinés de la Misa del Gallo

Cristo se bajó
de Su árbol desnudo
este año
y se fue a refugiar silenciosamente en
el vientre de una anónima María otra vez
donde en la noche oscura
del alma anónima de cada uno
Él espera otra vez
una inimaginable
e imposible
inmaculada Reconcepción
la más loca
de las Segundas Venidas.



1 comentario:

Pablo M dijo...

Y aprovechó para decirles al papa, obispos y demás curia: "Quitaos ya esos gorros -mitras, bonetes...- y esos ropajes púrpuras. Si yo me hubiera vestido así, me habrían tomado por payaso". ( No es todo, claro, pero por algo hay que empezar... )