Nadie a quien culpar ni nadie a quien perdonar.
Dos inválidos bailando.
Vivimos hasta el final.
No estoy contigo ni soy tuyo.
Eres tan joven y dulce para mí...
Soy el fantasma aquel que va y viene, el que al mirarte espera llevarte hacia otro lado.
Te amo, oh Dios, te amo tanto.
Amo todo el pasado que conocimos y compartimos.
Algún otro amor será tuyo, o mío, o de ninguno,
o lo que sea que nos espere.
Teníamos en común el nacimiento; camas y vidas separadas.
Sé que pudimos ser tan felices si hubiéramos querido...
Me sentaré donde sea y te olvidaré.
Romperé las fotos más viejas y pondré tus cartas a la intemperie hasta que se borren las palabras.
Porque sé que pudimos ser tan felices...
5 comentarios:
¿Y por qué fue que no quisimos?
Lo que parece que empieza tan sólo continúa.
(BOBIN)
Después de la cosecha no aprovecha la lluvia.
(proverbio italiano)
Entre dos cortinas negras
dos niñas me han vuelto loco:
las cortinas, tus pestañas;
las niñas, las de tus ojos.
Está el camino mendigo de mis pies. Están mis pies mendigo del camino.
(RAFAEL BALDAYA)
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