Levantar una casa que sea como
un árbol, como Dafne crecer entre
sus ramas, sentir las estaciones, las hojas
nuevas después de la invernada, las frutas primeras
del verano. Una casa que sea como un árbol,
que aguante la tormenta, que aclare
la pedrisca, que espante lejos el viento gélido
del tiempo.
Levantar una casa que sea como
un río, navegable y ligera, mudable,
pasajera, beber entre sus fuentes, detenerme
en los pozos, correr con los arroyos. Una casa que sea
como un río, que arrastre la derrota,
que arranque el dolor de las saqueras y lo lleve
por la corriente, aguas abajo.
Levantar una casa que sea como
un mundo, cruzar las geografías de pasillos,
montañas de escaleras, las ventanas abiertas,
los puentes, los caminos. Sentarme ante la puerta
a ver andar la vida, una amiga, un país,
una lengua, saludar un instante
cuando pasen.
Levantar una casa que ponga nuestro
nombre, las señas que un día equivocamos,
una palabra, un rostro, la memoria de aquello
que quisimos,
y así, levantar una casa, sólo
por si vuelves.
5 comentarios:
No te vayas, te lo pido,
de esta casa nuestra donde hemos vivido.
Qué nostalgia te puedes llevar
si de la ventana no vemos el mar.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Estos muros, estas puertas,
no son de mentiras, son el alma nuestra,
barco quieto, morada interior
que viviendo hicimos, igual que el amor.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
DESPERTADOR
Oigo el despertador, bueno, la alarma
del móvil con sus agrias campanitas,
diciéndome: ya es hora de vivir...
Y yo que estaba tan a gusto muerto.
(TORTAJADA)
Las fotos sólo
paran el tiempo dentro
de ellas mismas.
(CUQUI COVALEDA)
Nunca percibimos todo lo perceptible.
¿Sabes que un papel puede cortar como una navaja?
Simple papel en blanco
una carta no escrita
me hace hoy sangrar
(ÁNGEL GONZÁLEZ)
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