había muchas cosas para las que no tenía espacio.
¿Qué podía hacer? Alquilé un trastero.
Y lo llené. Los años pasaron.
De vez en cuando iba allí y miraba,
sin que nada ocurriera, ni una sola
punzada en el corazón.
Cuantos más años cumplía, las cosas que me importaban
eran cada vez menos, pero más
importantes. Así que un día rompí el candado
y llamé al basurero. Se lo llevó
todo.
Me sentí como el burrito al que
finalmente le quitan la carga de encima. ¡Cosas!
¡Quémalas, quémalas! ¡Haz un hermoso
fuego! ¡Habrá un espacio en tu corazón para el amor,
para los árboles! Para los pájaros
que nada poseen – la razón por la que pueden volar.
4 comentarios:
Todo lo que no te eleva y hace volar... es lastre.
El hombre y la galaxia regresan al silencio.
¿Importa? Sí -pero no importa:
sabemos ya que es música el silencio
y somos un acorde del concierto.
(OCTAVIO PAZ)
Se han quedado tan grabás
tus caricias en mi blusa,
que no la quiero lavar.
Sale volando
de la nariz del buda
la golondrina.
(ISSA KOBAYASHI)
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