me he casado conmigo
me he dado el sí
un sí que tardó años en llegar
años de sufrimientos indecibles
de llorar con la lluvia
de encerrarme en la pieza
porque yo -el gran amor de mi existencia-
no me llamaba
no me escribía
no me visitaba
y a veces
cuando juntaba yo el coraje de llamarme
para decirme: hola, ¿estoy bien?
yo me hacía negar
llegué incluso a escribirme en una lista de clavos
a los que no quería conectarme
porque daban la lata
porque me perseguían
porque me acorralaban
porque me reventaban
al final ni disimulaba yo
cuando yo me requería
me daba a entender
finamente
que me tenía podrida
y una vez dejé de llamarme
y dejé de llamarme
y pasó tanto tiempo que me extrañé
entonces dije
¿cuánto hace que no me llamo?
añares
debe de hacer añares
y me llamé y atendí yo y yo no podía creerlo
porque aunque parezca mentira
no había cicatrizado
sólo me había ido en sangre
entonces me dije: hola ¿soy yo?
soy yo, me dije, y añadí:
hace muchísimo que no sabemos nada
yo de mí ni mí de yo
¿quiero venir a casa?
sí dije yo
y volvimos a encontrarnos
con paz
yo me sentía bien junto conmigo
igual que yo
que me sentía bien junto conmigo
y así
de un día para el otro
me casé y me casé
y estoy junto
y ni la muerte puede separarme
3 comentarios:
Tantos años ya juntos
al lado de mi vida,
compartiéndolo todo,
acompañándome
que
de alguna forma,
sin darme apenas cuenta
-colega Desazón,
omnipresente Absurdo,
compañero Vacío,
Sinsentido constante-,
he aprendido a quereros.
(RAFAEL BALDAYA)
Ojalá mi vida fuera un carro de bueyes
gimiendo en el camino por la mañana, muy temprano,
y que luego vuelve hacia donde vino
por el mismo camino al anochecer
Yo no debí tener esperanzas, sólo debí tener ruedas…
Mi vejez no tendría arrugas ni pelo blanco.
Cuando ya no sirviera, me sacarían las ruedas
y quedaría yo abandonado y roto en lo hondo de un barranco.
(PESSOA)
¿Quién puede controlar cuánto ama? Si se puede controlar, entonces no es amor. No sé cómo podemos llamarlo, pero no es amor.
(JULIAN BARNES)
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