en la terraza, justo
donde no rige el tiempo,
bajo una luz de hilo,
entre las hojas verdes
y los renuevos rojos.
Esa mujer, la niña
dejándose peinar,
las manos blancas
sobre el caudal oscuro,
el sol allí pasmado,
el aire entre las hebras
detenido, la página
escribiéndose,
conteniendo el aliento.
2 comentarios:
Reconocí a la alegría por el ruido que hizo al marcharse.
(JACQUES PRÉVERT)
Si todo el ser al viento abandonamos
y sin miedo ni compasión nos destruimos,
si morimos en aquello que sentimos
y podemos cantar, es porque estamos
al desnudo, el propio dolor meciendo en sangre
frente a las madrugadas del amor.
Cuando la mañana brille otra vez floreceremos
y el alma beberá ese esplendor
prometido en las formas que perdemos.
(SOPHIA DE MELLO)
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