domingo, 7 de julio de 2013
Prestada (por Emily Dickinson)
Tal vez quisieras comprar una flor,
pero yo nunca podría venderla.
Si quieres tomarla prestada,
hasta que el narciso
despliegue su sombrero amarillo
bajo la puerta del pueblo,
hasta que las abejas saquen, de las hileras de tréboles,
su jerez y su vino del Rin,
bien, te la prestaré hasta entonces,
¡pero ni una hora más!
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7 comentarios:
Nada hermoso vive mucho. Jamás duró una flor dos primaveras.
No ensucies este momento:
alguien me canta al oído,
me dice la palabra "siempre".
(STATHIS INTZES)
Tal vez , la deseo tanto que me conforma una hora.
S.
La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico. La del que combate, carecer de cólera. La del que quiere vencer, no luchar. La del que usa a los hombres, ponerse por debajo de ellos.
(LAO TSE)
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos.
(QUINTO CURCIO)
El único hombre que se comporta con sensatez es mi sastre: me toma las medidas de nuevo cada vez que me ve. Los demás siguen con mis viejas medidas y esperan que me amolde constantemente a ellas.
(SHAW)
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