domingo, 7 de febrero de 2016
Cosas que puedes hacer cuando estés muerto (por Michael McNeilley)
pon monedas fantasmas
en los parquímetros
pasados de hora
métete dentro de Al Gore
y enséñale a
bailar
visita a tus ex
y juega a ser poltergeist
a la hora de la cama
siéntate en las simas de las montañas
y en el fondo
de los océanos
conviértete en genio
y concede deseos
a los buenos
persigue a los políticos
y escupe en
sus martinis
salva a los pequeños
de los pervertidos sexuales
y de los taxis con prisa
susurra en los oídos
de los evangelizadores de tv
acerca de la maldad del dinero
bebe jugo de ciruelas fantasma
y ciérnete
sobre la casa blanca
siéntate con los viejos
y escucha
sus historias
vive con los gorilas
los gorriones
los elefantes
muéstrale a sadam hussein
el verdadero significado
de la locura
sé el fantasma de la
navidad pasada
presente y futura
ahuyenta a los monstruos
que están debajo de las camas
de los niños
despierta a todos los dictadores
muy temprano
todas las mañanas
cubre a los amantes
con aquel pequeño y privado
silencio
si la muerte fuera
así tan divertida quién
querría seguir viviendo
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6 comentarios:
La terquedad es la energía de los necios.
En la cruz fijan
el nombre del delito.
Y escriben: INRI.
(CUQUI COVALEDA)
Al fin comprendo que
si esta tarde recuerdo tu perfil
de princesa tahitiana, que si pude
admirar la vigencia de tus pómulos
separadamente, y agradecer
a Dios el afortunado desliz
de tu rubio bisabuelo en Filipinas...,
que si el tiempo se lleva lo demás
y me deja únicamente tu perfil,
será sólo por el número de veces
en que yo te miraba
y tú estabas mirando hacia otra parte.
(JOSÉ LUIS DE LA CUESTA)
El sabio no dice todo lo que piensa, pero piensa todo lo que dice.
(ARISTÓTELES)
Le puso al gato "Presente" porque siempre está escapándose.
(GARCÍA-MÁIQUEZ)
Ojalá mi vida fuera un carro de bueyes
gimiendo en el camino por la mañana, muy temprano,
y que luego vuelve hacia donde vino
por el mismo camino al anochecer
Yo no debí tener esperanzas, sólo debí tener ruedas…
Mi vejez no tendría arrugas ni pelo blanco.
Cuando ya no sirviera, me sacarían las ruedas
y quedaría yo abandonado y roto en lo hondo de un barranco.
(PESSOA)
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