domingo, 2 de octubre de 2016
Y el efecto, al irse, nos descubre las causas (por Alfred de Musset)
Muchas cosas nos deben gustar en este mundo
si queremos saber cuál de ellas preferimos:
los dulces, el Océano, el juego, el cielo azul,
las mujeres, los potros, los laureles, las rosas.
Debemos pisar flores que están recién abiertas,
debemos llorar mucho, decir muchos adioses.
Y cae el corazón en la cuenta de que es viejo,
y el efecto, al irse, nos descubre las causas.
De esos bienes fugaces que se prueban a medias,
el mejor que nos queda es algún viejo amigo.
Reñimos, nos rehuimos. Con que un azar nos junte,
nos reunimos, reímos, nuestras manos se tocan,
y entonces recordamos que juntos caminábamos,
que el alma es inmortal y que ayer es mañana.
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2 comentarios:
Lo malo es cuando las causas coinciden con los efectos. Los efectos son causas y viceversa (círculo vicioso) : "bebo para olvidar que bebo".
La verdad está pero no es.
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