y divanes tan profundos como tumbas,
y en los estantes flores extrañas abriéndose
para nosotros bajo cielos más puros.
Con su calor postrero y usándolo a porfía,
nuestros corazones serán dos grandes antorchas,
sus luces dobles se reflejarán
en nuestras dos almas, espejos gemelos.
Y en un atardecer de color rosa y azul místico
intercambiaremos un relámpago, uno tan sólo,
henchido de adioses, como un largo sollozo;
y luego, un Ángel, al entreabrir las puertas,
fiel y jubiloso acudirá a reavivar
los espejos turbios y las llamas muertas.
5 comentarios:
Donde dice "relámpago" hay que leer orgasmo, n' est-ce pas?
Obviously
Gitana, vamos despacio,
que este camino es muy corto
y yo quiero hacerlo largo.
¡Qué extraños
los dos con nuestro instinto!
De pronto
somos cuatro.
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)
Cuando vivías en la Castellana
usabas un perfume tan amargo
que mis manos sufrían al rozarte
y se me ahogaban de melancolía.
Si íbamos a cenar, o si las gordas
daban alguna fiesta, tu perfume
lo echaba a perder todo. No sé dónde
compraste aquel extracto de tragedia,
aquel ácido aroma de martirio.
Lo que sé es que lo huelo todavía
cuando paseo por la Castellana
muerto de amor, junto al antiguo hipódromo,
y me sigue matando su veneno.
(DE CUENCA)
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