Sentado en un tren miro el paisaje
y de pronto, fugaz, pasa una viña
que es el relámpago de alguna verdad.
Sería un error bajar del tren
porque entonces la viña desaparecería.
Querer es un lugar, y siempre hay algo
que me lo revela: una azotea lejana,
aquel estrado vacío de un director de orquesta,
solo con una rosa, y los músicos tocando solos.
Tu habitación cuando se levantaba el día.
Por supuesto, el canto de aquellos pájaros
en el cementerio, una mañana de junio.
Querer es un lugar.
Perdura en el fondo de todo: de allí venimos.
Y es el lugar donde la vida va quedando.
3 comentarios:
Hay tres o cuatro lugares y momentos en nuestras vidas.
El aeropuerto.
Oslo. Quito. Bangkok...
Todo está a un rato.
(CUQUI COVALEDA)
No hay recuerdo más dulce que el de la alegría que hemos dado.
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