Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte.
Por eso queríamos crecer a salvo buscar
un lugar mejor nos llamaban los cazatornados
era la mayor serie de tormentas en doce años mejor
permanecer juntos vivíamos
para esto nos decíamos
que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa
de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión
cuál
pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento
volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos
ni idea teníamos a Dorothy I y a
Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían
tan bien y el cielo se estaba poniendo verdaderamente verde
por donde crecía crecíamos juntos en la canción o el
torbellino buscar el eje cuál comer la carne
de Oklahoma besar la mejilla de la tía Meg siempre
siempre siempre juntos Rabbit Joey Heinze y
Dusty y Joe y Bill también hacia el centro hacia el eje de succión
cuál
crecer como un perro que corretea junto al porche
y no se aleja demasiado era
la mayor tormenta de los últimos doce años y nos parecíamos
tanto a las mazorcas ni te imaginas uno y luego otro y otro como
postes de pino en hilera poderosa
al viento
al viento distinto que nos reúne
que no nos tumba y nos mantiene aquí porque
gira sobre sí mismo.
Hacia ese lugar crecíamos.
4 comentarios:
Cae el rocío.
¿Y si lo usase para
limpiar el mundo?
(BASHO)
El sentido del humor es el que nos permite sobrellevar los otros 5.
Descansa el corazón contando su pasión.
monumento a cierto mediodía de Oporto que fue como si sobrase el resto de la vida,
monumento a los días que fuimos a la yerba en Teberga,
monumento al día que paseamos a Beatriz Amposta por el Trastevere, que ahora se llamará Tristévere,
monumento a Diego Ortiz, a Giacomo Moro, a la chirimía y a la chirivía,
monumento a la noche en que dormimos los cuatro en una cama en una habitación sin techo abierta a las estrellas de la Toscana,
monumento a las tartas de ruibarbo del granjero menonita,
monumento a Lêdo Ivo leyendo a ‘A un olmo seco’ en el ejemplar que fue de Cernuda,
monumento a Giordano Bruno cantando come on baby light my fire con Brunori Sas,
monumento a la sidra que bebimos en el carro del centollo,
monumento a aquella melodía oída solo una vez en un trapiche de Río que quiere salir de mí, y no sabe,
monumento a la mano de mi abuelo apretando la mía justo antes de morir (aunque el médico dijera que imposible).
(MARTÍN LÓPEZ-VEGA)
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