Iban los viejos a las fuentes
y las mujeres con cubos a lo largo del río
mientras el aire silbaba de proyectiles y esquirlas,
la banda musical de los asedios, junto a las sirenas.
Danubio, Sava, Drina, Neretva, Miljacka, Bosna
son los últimos ríos añadidos a las guerras del siglo veinte,
los ejércitos mordían sus orillas, derribaban sus puentes,
luces de ciudad, Chaplin, las luces de aquellas ciudades
estaban todas apagadas.
Alrededor, Europa prosperaba ilesa.
Otras madres arrodilladas acudían a las orillas,
después de que el Volga detuviera en Stalingrado al sexto
ejército de Von Paulus
y lo hiciera retroceder y lo persiguiera hasta el último puente
sobre el Esprea,
ahogando Berlín.
Las aguas de Europa todavía reflejan incendios.
El deshielo del Vístula iluminado por el hambre del gueto:
no fue bastante para el siglo veinte.
El agua en Europa vuelve a costar su equivalente en sangre.
4 comentarios:
El énfasis no es propio de la grandeza. Quien necesita del énfasis, es falso. Desconfiemos de las personas enfáticas.
(NIETZSCHE)
El daño que hemos hecho nos acompaña siempre.
Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor.
(BENAVENTE)
Asómate a esa vergüenza,
cara de poca ventana
y dame un vaso de sed,
que estoy muriéndome de agua.
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