sábado, 25 de febrero de 2017
Para al menos rozar (por Saiz de Marco)
Cabalgaré
sobre los calendarios y las agendas,
sobre los albaranes y las facturas,
sobre el dolor de espalda y la jaqueca,
sobre enjambres de leyes,
sobre juegos sin arte y sudores sin fruto,
sobre quintales métricos y códigos de barras,
sobre planos del Metro,
sobre bolsas de plástico,
sobre horarios de trenes,
sobre mapas del tiempo,
sobre listas de espera,
sobre extractos bancarios,
sobre antiinflamatorios,
sobre la vil materia, la podredumbre, el cieno,
sobre el ruido y la furia, cabalgaré,
cabalgaré
hasta tocar la estrella que
vimos o creímos ver
brillar sobre nosotros,
cabalgaré
para arañar siquiera
-aunque sea tenuemente, a veces un instante-
su envoltura,
para al menos rozar
su halo de luz.
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8 comentarios:
La verdad pura y completa no se deja poseer por nadie.
Tiene el futuro
estructura de incógnita,
forma de equis.
(RAFAEL BALDAYA)
El mundo nunca fue normal.
(BUENAFUENTE)
Cura más la dieta que la lanceta.
Cura que cobra dieta,
a más de kilometraje,
gasto seguro: crujir
de los cepillos parroquiales.
Por "bisturí"
digo "lanceta",
que es más cañí.
Mal piensa quien se piensa que los demás no piensan.
CANCIÓN DE LA PROSTITUTA
Señores míos, con diecisiete años
llegué al mercado del amor
y mucho he aprendido.
Malo hubo mucho,
pero ése era el juego.
Aunque hubo Cosas que sí me molestaron
(al fin y al cabo también yo soy persona).
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?
Claro que con los años una va
más ligera al mercado del amor
y los abraza por rebaños.
Pero los sentimientos
se vuelven sorprendentemente fríos
si se escatiman tanto
(al fin y al cabo no hay provisión que no se acabe).
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?
Y aunque aprendas bien el trato
en la feria del amor,
transformar el placer en calderilla
nunca resulta fácil.
Pero, bien, se consigue.
Aunque también envejeces mientras tanto
(al fin y al cabo no siempre se tienen diecisiete.)
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?
(BERTOLT BRECHT)
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