miércoles, 22 de marzo de 2017
Y los momentos que debieran durar para siempre (por Kenneth Rexroth)
Las estaciones cambian y los años pasan
sin ayuda ni vigilancia.
La luna, sin pensarlo,
cumple su ciclo, llena, creciente, y llena.
La luna blanca entra en el corazón del río;
el aire está lleno del perfume de las azaleas;
profundo en la noche, el cono de un pino cae;
nuestra fogata muere en la vacía montaña.
Las estrellas brillantes tiritan entre las trémulas ramas;
el lago es negro, sin fondo en la noche cristalina;
alta en el cielo, la Corona del Norte
es partida en dos por la oscura cumbre de un monte nevado.
Oh corazón, corazón, tan singularmente
intransigente y corruptible,
aquí yacemos extasiados junto al agua iluminada por las estrellas
y los momentos que debieran durar para siempre
se deslizan inconscientemente por nosotros como el agua.
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5 comentarios:
Pero tambien hay instantes momentáneos que, para bien o para mal, duran toda la vida.
Hacemos muchos muros y muy pocos puentes.
(NEWTON)
Y aunque el olvido que todo lo destruye
haya matado mi vieja ilusión,
guardo escondida una esperanza humilde
que es toda la fortuna de mi corazón.
Gritan más los hechos que las palabras.
(proverbio finlandés)
Los rumores en boga
que me relacionan sentimentalmente conmigo mismo
son falsos.
Ni siquiera
tengo el incierto gusto de conocerme.
Apenas una vez me vi de lejos
cruzando una calle intrascendente
y no sentí el menor impulso de acercarme.
(AGUINAGA)
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