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jueves, 22 de marzo de 2018

El cinturón de Hipólita (por Martha Asunción Alonso)


Una vez, siendo niña, descubrí a la mujer
que me enseñó a montar en bicicleta
tiñéndose las canas: se había puesto, porque la resistencia mancha,
una camisa azul de su marido
muerto.
El cinturón de Hipólita es aquella camisa.
Mi primera maestra, Doña Cati,
enseñó a leer a tres generaciones de españoles
a través de sus gafas, ya estando jubilada: Mi-pa-pá
es-el-más-gua-po-del-mun-do-y-mi-ma-má-la-más-fuer-te
del-pla-ne-ta-tie-rra.

El cinturón de Hipólita es aquel par de gafas.

El día de su boda con el poeta Manuel Altolaguirre,
la poeta Concha Méndez caminó
flotando, con su traje de menta, hacia el altar
de los Jerónimos: su ramo de novia era un manojo
fresco de perejil.

El cinturón de Hipólita es aquel ramo verde.

Y el modo en que mi madre, a los cincuenta, le cambiaba las pilas
a su audífono para asistir a clases
en la universidad (las manos son las mismas que, con catorce
años, dejaran los compases y dictados
para ponerse a amasar pan).

El cinturón de Hipólita nunca lo robó Hércules.

Hércules robó el oro,
pero no la riqueza. ¿Cómo expoliar aquello que se mama,
capital invisible, indivisible, cual río
sangre abajo? Robó Heracles
el oro. Nos dejó

la nobleza.


4 comentarios:

Tragikomedia dijo...

En la mitología griega, Hipólita es la reina amazona, dueña de un cinturón mágico que le había regalado su padre, Ares.

El noveno trabajo de Heracles fue obtener el cinturón.

En una versión de la historia, Hipólita se enamora de Heracles y le da el cinturón voluntariamente.

En otra, Heracles secuestra a una de las hermanas de Hipólita, Melanipa, exige el cinturón como rescate y libera a la amazona cuando lo obtiene.

Después de que Heracles obtuviera el cinturón, Teseo, uno de sus compañeros, secuestra a Antíope, otra hermana de Hipólita.

Las amazonas atacan entonces (porque Hera, la enemiga de Heracles, ha difundido el malintencionado rumor de que Heracles está allí para atacarlas o secuestrar a Hipólita), pero Teseo y Heracles escapan con el cinturón y con Antíope.

Según otra versión, Heracles mata a Hipólita en su huida. Para rescatar a Antíope, las amazonas atacan Atenas, pero fracasan; en algunas versiones, Antíope muere durante el ataque.

Lloviendo amares dijo...

Cuando compre un espejo para el baño



voy a verme la cara



voy a verme



pues qué otra manera hay decíme



qué otra manera de saber quién soy.



-



Cada vez que desprenda la cabeza



del fárrago de libros y de hojas



y que la lleve hueca atiborrada



y la deje en reposo allí un momento



la miraré a los ojos con un poco



de ansiedad de curiosidad de miedo



o sólo con cansancio con hastío



con la vieja amistad correspondiente



o atenta y seriamente mirarme



como esa extraña vez -mis once años-



y me diré mirá ahí estás

 

seguro



pensaré no me gusta o pensaré



que esa cara fue la única posible



y me diré esa soy yo ésa es idea



y le sonreiré dándome ánimos.



(IDEA VILARIÑO)

Ignatius Reilly dijo...

EL PUTO PROFETA (Rafael Baldaya)

Tras cada error
y aún tumbado en el suelo

vendrá quien te sacuda
-lo sabía,
-algo así no podía acabar bien,
-mira que te advertí,
-ya te lo dije...

Y si no hay alguien para volcártelo,
arrojártelo,
echártelo encima...,

...si el profeta no aparece,
entonces

una parte de ti
te lo dirá.

DaniPovedano dijo...

Cuánta razón que llevas, Rafael