Todo lo impuro,
nuestra inmundicia,
nuestra mezquindad interna,
se van cuando morimos,
se salen de nosotros al tiempo que expiramos
Muerte depuradora,
qué bien que luego vengas a limpiarnos por dentro
Y otra vez seré puro,
sin suciedad,
sin costra,
sin las salpicaduras de barro
del camino
Qué bien que finalmente
todos seremos puros,
limpios todos de nuevo como antes de nacer
3 comentarios:
Sólo ella lava.
Sólo la muerte pasa
la vida a limpio.
PINCHA (Rafael Baldaya)
Yo soy quien te defiende para que no te ataquen. Son muchos los hervíboros que se te acercarían y tragarían enteros tu corola, tu cáliz... O comerían las hojas del rosal. Y sin hojas la planta, y tú con ella, moriríais enseguida. Pero gracias a mí, sobre todo a mi punta que hiere donde toca, se hacen daño si muerden los tallos. Y al pincharse y sentir que les duele, desisten de comerlos. Por eso te respetan los conejos, las cabras, los ciervos, las ovejas... Por eso no te ingieren como a otras hierbas, matas o arbustos indefensos. Y debido a ello tú puedes brotar, abrir de par en par los pétalos, mostrar tu colorido, esparcir tu perfume. Yo, Rosa, te defiendo de todos los peligros. Yo soy quien te protege. Yo: la dura, la gris, la servicial espina.
De todas formas, una depuradora de almas residuales debe oler a demonios...
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