Sentí un funeral en mi cabeza,
los dolientes que iban y venían,
pisaban — y pisaban — hasta que pareció
que el sentido se iba abriendo paso —
cuando todos estaban ya sentados,
la liturgia, semejante a un tambor —
redobló — y redobló — llegué a pensar
que mi mente se estaba entumeciendo —
y después les oí levantar una caja
y un crujido me atravesaba el alma
con sus botas de plomo, otra vez,
y entonces el espacio comenzó a repicar,
igual que si los cielos fueran una campana,
y el ser, sólo un oído,
y yo, con el silencio, una especie de raza
extraña, solitaria, naufragada —
y entonces una tabla se quebró en la razón,
y comencé a caer, y caer más
y me di contra un mundo, en cada choque,
y en ese instante terminé de saber
5 comentarios:
"Y me di contra un mundo". Un golpe de mundo -un mundazo- en la cabeza.
Natura es una expresión correcta, pero eufemística; con igual derecho se la podría llamar mortura.
(SCHOPENHAUER)
He visto un ojo moribundo
dando vueltas y vueltas por una habitación
en busca de algo - así parecía -
después se puso opaco
después oculto en niebla
para al final cerrarse
sin descubrir aquello que - de haberlo visto -
lo hubiera bendecido.
(EMILY DICKINSON)
Naturaleza / Mortaleza...
Naturaleza muerta.
El mar. Chasquido breve,
muerte de adolescencia
sobre la arena tibia.
Playa.
El mar. Ámbito exacto:
allí acaba, aquí empieza,
aquí estoy yo, allí ella.
Ausencia.
El mar. Embate plano
contra las rocas tajadas.
Escribe blanca espuma
con el cantil su acróstico.
Se lo descifra el viento.
Secreto.
El mar. Sal en los labios
que beso, y esa gota
que va rodando, ajena,
por mejilla sin llanto.
La sal y el agua
en el amor y en el aire.
El mar.
(SALINAS)
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