¿Qué hay en el espejo trizado,
que en él me reconozco?
¿Son los fragmentos rotos, la ceniza,
este limo estrellado,
estas leves partículas briznadas,
el reflejo poliédrico, escarchado,
el eterno fractal inaprensible,
las limaduras, el serrín, los segmentos;
la descomposición,
es quizá más cercana a mi esencia
a mi alma
que toda la lisura y plenitud
de un espejo pulido?
Manto de hierba.
Soles movibles, fugaces, incompletos.
El mar está formado por un inabarcable
movimiento de gotas,
de mareas.
Mi saliva jamás destila igual,
nunca es la misma.
La metralla implacable de mis pies,
de mis ojos,
reverbera en la noche:
un prisma de cristales, como agua infinita
que se ondula despacio
con los flujos nocturnos.
Y soy yo, centelleo;
somos todos brillando,
como pájaros de aire
que surcan el espacio,
donde no tropezamos
con estrellas rotundas,
donde solo hay migajas, ralladuras y polvo.
Mi rostro no se rompe; es elástico,
se recompone mil veces; humedades
distintas me modelan, soplos tibios
de vigor, de deseos, de temibles,
dulces, cambiantes, perecederas ansias
me conforman.
Una erupción de astillas me sostiene.
Soy débil y soy fuerte; ya mi cuerpo
que se alza soberbio y espejea
en añicos de azogue, con fulgores
propios, frescos, novísimos,
nunca antes entrevistos;
ya mi forma transida se destapa
y soy yo y soy miles
y soy yo siendo miles.
Sentada en una cumbre
-visceral, no tangible,
imaginada siempre como refugio y roca-
contemplo el universo disgregado.
Y sé que estoy ahí y en cada cosa
y que el espejo roto me recoge
con luces y con nombres
que yo aún desconozco
y que son míos.
6 comentarios:
Yo es un poliedro.
Tengo a mi padre doctor,
mi hermano mayor es cura
y yo soy enterrador.
Cuando alguno enferma aquí,
lo ve mi padre temprano,
en seguida va mi hermano,
luego me llaman a mí.
Quien quiera ahorrar su dinero
lo mejor que puede hacer
es llamarme a mí primero.
(Anónimo ecuatoriano)
No es la poesía para huir
del mundo.
Mundo: abono fértil de tu rosa.
(MARÍA TAIBO)
El pájaro carpintero
para trabajar se agacha
y así encuentra el agujero.
También yo soy carpintero
cuando estoy con mi muchacha.
El yo es siempre una instancia inauténtica. Opera a fin de ocultar una perturbadora desunión.
(LACAN)
Siento creencias que no tengo. Me arroban ansias que repudio. Mi perpetua atención sobre mí perpetuamente me denuncia traiciones del alma a un carácter que quizás no tenga, ni ella cree que tengo.
Me siento múltiple. Soy como un cuarto con innumerables espejos fantásticos que dislocan reflejos falsos, una única anterior realidad que no está en ninguno y está en todos. Como el panteísta se siente árbol, y hasta su flor, yo me siento varios seres. Me siento vivir vidas ajenas, en mí, incompletamente, como si mi ser participase de todos los hombres, incompletamente en cada uno, mediante una suma de no-yos sintetizados en un yo postizo.
(PESSOA)
Publicar un comentario