escritas en hojas cuadradas, luego plegadas
en tantos diseños diferentes como los copos de nieve.
Las suelto al aire, míralas caer en el mundo.
Abre una. En ella hay una foto de tu infancia.
Puedes verla, pero se derrite en tu mano
como la pregunta que te hago, presa en la brisa,
y tu respuesta, arrastrada por el río hasta el mar llano.
Aun a través de esta nieve, constante, devoradora del año,
yo siempre te enviaré cartas.
3 comentarios:
Cartas que se escriben y siguen escribiéndose con independencia de que sean o no recibidas por sus destinatarios. Te llegará una rosa cada día.
Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
(PIZARNIK)
Igual que nuestros pulmones terrícolas solo pueden respirar oxígeno, es probable que nuestros sentidos no perciban entes, caracteres o fenómenos ajenos a la Tierra.
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