¡No te vayas, recuerdo, no te vayas!
¡Rostro, no te deshagas, así
como en la muerte!
¡Seguid mirándome, ojos grandes, fijos,
como un momento me mirasteis!
¡Labios, sonreídme,
como me sonreísteis un momento!
¡Ay, frente mía, apriétate;
no dejes que se esparza
su forma fuera de su continente!
¡Oprime su sonrisa y su mirar,
hasta dejarlas hechas vida mía interna!
¡Aunque me olvide de mí mismo;
aunque tome mi rostro, de sentirlo tanto,
la forma de su rostro;
aunque yo sea ella,
aunque se pierda en ella mi estructura!
¡Oh recuerdo, sé yo!
¡Tú -ella- sé recuerdo todo y solo, para siempre;
recuerdo que me mire y me sonría
en la nada;
recuerdo, vida con mi vida,
hecho eterno borrándome, borrándome!
2 comentarios:
Otros escriben textos prosaicos e inanes, tipográficamente recortados en líneas arbitrarias. O sea, pseudoversos.
Y luego está JRJ, que este sí escribe poesía.
LA MONTAÑA
La fría montaña es una casa
sin vigas ni paredes
a derecha e izquierda están abiertas las seis puertas
el vestíbulo es el cielo azul
las habitaciones están desocupadas y vacías
la pared del este choca con la pared del oeste
en el centro no hay nada.
(HAN SHAN)
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