sin que nadie las estorbe,
juegan su luz y su sombra
la nube con la montaña.
(La gran plenitud aparte
que el alma perdida anhela:
vida, realización,
nada mejor que la altere.)
¡Qué loco estar en su sitio,
qué hondo sentir lo que son,
qué alto no necesitar
nada igual, nada distinto!
Juegan su frío y su sol
la nube con la montaña,
indiferentes al eco
y al águila. Y al poeta.
3 comentarios:
Hay una música y una armonía de lo natural que el artificio humano no podrá igualar nunca.
Me pregunto, me digo
qué trampa están urdiendo desde mi porvenir estas dos manos.
Y sin embargo son las mismas manos.
Nada más que dos manos extrañamente iguales a dos manos en su oficio de manos,
desde el principio hasta el final.
(OLGA OROZCO)
Así es la vida de caprichosa.
A veces negra,
a veces de color rosa.
Así es la vida:
jacarandosa.
Te quita,
te pone,
te sube,
te baja,
y a veces te lo da.
Así es la vida de caprichosa...
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