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miércoles, 13 de marzo de 2019

La Recoleta (por Jorge Luis Borges)


Aquí es pundonorosa la muerte,
aquí es la recatada muerte porteña,
la consanguínea de la duradera luz venturosa
del atrio del Socorro
y de la ceniza minuciosa de los braseros
y del fino dulce de leche de los cumpleaños
y de las hondas dinastías de los patios.
Se acuerdan bien con ella
esas viejas dulzuras y también los viejos rigores.

Tu frente es el pórtico valeroso
y la generosidad de ciego del árbol
y la dicción de pájaros que aluden, sin saberla, a la muerte
y el redoble, endiosador de pechos, de los tambores
en los entierros militares;
tu espalda, los tácitos conventillos del norte
y el paredón de las ejecuciones de Rosas.

Crece en disolución bajo los sufragios de mármol
la nación irrepresentable de los muertos
que se deshumanizaron en tu tiniebla
desde que María de los Dolores Maciel, niña del Uruguay
-simiente de tu jardín para el cielo-
se durmió, tan poca cosa, en tu descampado.

Pero yo quiero demorarme en el pensamiento
de las livianas flores que son tu comentario piadoso
-suelo amarillo bajo las acacias de tu costado,
flores izadas a conmemoración en tus mausoleos-
y el porqué de su vivir gracioso y dormido
junto a las terribles reliquias de los que amamos.

Dije el enigma y diré también su palabra:
siempre las flores vigilaron la muerte,
porque siempre los hombres incomprensiblemente supimos
que su existir dormido y gracioso
es el que mejor puede acompañar a los que murieron
sin ofenderlos con soberbia de vida,
sin ser más vida que ellos. 


3 comentarios:

Isidoro Capdepón dijo...

El Cementerio de la Recoleta es un famoso cementerio de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Está ubicado en el distinguido barrio de Recoleta y contiene las tumbas de numerosas personalidades destacadas del país. Se inauguró el 17 de noviembre de 1822, durante la gobernación del brigadier general Martín Rodríguez, siendo ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia. Se transformó así en el primer cementerio público de la ciudad. Fue diseñado por Próspero Catelin, reservándose el gobierno parcelas para personalidades ilustres en la formación del Estado nacional.1​ En 1880, Torcuato de Alvear—el primer intendente de la ciudad de Buenos Aires—encomendó al arquitecto Juan Antonio Buschiazzo para la remodelación del cementerio. Se rodeó con un muro de ladrillos, se pavimentaron sus calles y se construyó una entrada de estilo neoclásico.2​

Es uno de los atractivos turísticos más populares de la ciudad,3​ famoso por sus numerosos e imponentes mausoleos y bóvedas adornados con mármoles y esculturas. Su valor arquitectónico es una muestra de los tiempos en que Argentina era una potencia económica emergente a fines del siglo XIX, y las familias más acomodadas de la ciudad comenzaron a mudarse a la zona de Recoleta y a construir panteones esplendorosos en el cementerio.4​5​6​ Muchos de sus mausoleos y bóvedas son obra de importantes arquitectos y más de 90 han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.4​ El cementerio en sí es considerado Museo Histórico Nacional desde el año 1946.

Más en

https://es.wikipedia.org/wiki/Cementerio_de_la_Recoleta


todo está en BORGES dijo...

Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.

(BORGES)

ORáKULO dijo...

A menudo tememos más a la vergüenza que a las leyes