Un día para ir hasta dios
o hasta donde debería estar,
a la vuelta de todas las cosas.
Un día para volver desde dios
o desde donde debería estar,
en la forma de todas las cosas.
Un día para ser dios
o lo que debería ser dios,
en el centro de todas las cosas.
Un día para hablar como dios
o como dios debería hablar,
con la palabra de todas las cosas.
Un día para morir como dios
o como dios
debería morir,
con la muerte de todas las cosas.
Un día para no existir como dios
con la crujiente inexistencia de dios,
junto al silencio de todas las cosas.
3 comentarios:
Deseamos, anhelamos tanto tener un Dios..., sí claro, pero un Dios que fuera ¡como Dios manda!
Gracias por permanecer abiertos y activos en agosto. Un fuerte abrazo para toda la gente de Central de la Poesía, en especial a la simpar Cuqui Covaleda.
Maravilloso Juarroz!!
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