ya Nunca oigo la voz de la tía Emilia
Nunca más don José
Nunca más Santi
No me despierta Nunca la perra de mi infancia
Tras llevarlo al desguace no volví a conducir Nunca ese coche
Nunca más me pondré las botas de montaña que tanto me han servido y tiro al vertedero porque se desgastaron
no sabré Nunca lo que el velo oscurece, la verdad escondida detrás de la apariencia
(si alguien lee esto, que añada algunas de sus propias nunquidades)
Nunca es Nunca
y es Nunca
y es Nunca Nunca Nunca
Nunca es pequeño como una hormiguita
Nunca es menos que algo
Nunca viene a ser nada
Nunca no se ve, Nunca no se toca, pero ninguna cosa es más larga que Nunca
el pasillo de Nunca no sabe de paredes
Nunca no tiene luego ni después
no hay horas ni minutos ni segundos de Nunca
para Nunca no hay siglos ni milenios
qué raro aplicar Nunca a seres de aquí abajo
Nunca es una medida sin medida
en vano imaginamos el tamaño de Nunca
Nunca no cabe en todo el universo
5 comentarios:
Gran poema que llega al alma. Yo ya añadí mis propias nuncidades.
"Nunquidades ", quise escribir
¡ Ay, cómo duele
lo que nunca has tenido
cuando lo pierdes !
No hay nostalgia peor que el recuerdo de lo que nunca jamás sucedió.
A Sandra Suárez,
si fuera de Tarrasa,
desposaría.
Publicar un comentario