Ya no puedes más… Llegó
la hora de la despedida.
«Cómo se pasa la vida…»
Pronto caeré también yo.
Pero ahora que tú te quedas,
unos trozos de mi historia
-kilómetros de memoria-
quedan también en tus ruedas
No voy a olvidarte. Espero
que no se ofenda el Buen Dios
si al entregarte al desguace,
incansable compañero,
acompaño yo mi adiós
con un Requiescat in pace.
1 comentario:
Con cada cosa que formó parte de nuestra vida y se va, se marcha un trozo de nosotros.
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