hay zorros que viven debajo de esta casa
su asentamiento siempre ha sido radial y concéntrico
todo túnel me lo aprendí de memoria
el ejercicio de dibujar la isla boca abajo
hizo aparecer en el papel un trazado perfecto
de crujires soterrados nocturnos
allí aparecieron también
manchas de musgo que esconden quemaduras
zorros que duermen en esas manchas tibias
sueños de árboles corteza fotosensible
que imprime caras cuyos nombres
y genealogía no recuerdo
en el verano vimos pájaros de muchas especies
pero todos de un gris ceniciento
la laguna a medio congelar tiene unos surcos azules y otros verdes
nada entiendo yo de crujires pero con la lluvia
en cada uno de esos huecos
crecerían líquenes amarillos:
durante todos los tiempos en los barcos
se han visto fuegos en la punta de los mástiles
durante la tempestad se les ha considerado siempre
un signo de protección
2 comentarios:
Quién sabe qué cosa de nosotros dos,
de ti,
recuerdo,
que quizá tú no recuerdas ya;
quién sabe qué cosa de nosotros dos,
de mí,
hace tiempo en mí se perdió
y en ti perdura.
(PIETRO DE MARCHI)
Mi hijo
casi nunca
me llama papá.
Casi nunca.
Él sabe
que a los papás
les gusta el fútbol,
tomar copas con los amigotes
y quedarse en la cama
hasta tarde
los domingos.
Sabe que los papás,
en general,
no llevan el cuerpo
infectado de tinta
ni tienen la música puesta
a un volumen molesto
todo el santo día.
Sabe que los papás
bautizan a sus hijos
y más tarde
les preparan
primeras comuniones,
sin dejarles muy claro
todo el asunto de Dios, el infierno
y la Santísima Trinidad.
Mi hijo piensa
que los papás son serios,
intransigentes
y que,
la mayoría de las veces,
están tristes.
Él ha visto
como los papás
castigan,
enderezan,
adoctrinan,
aconsejan.
Hijo mío,
no sabes lo que me gusta que,
para ti,
yo no sea papá
y que tan sólo
sea
el Kutxi.
(KUTXI ROMERO)
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