domingo, 17 de junio de 2012
Levemente (por Fernando Pessoa)
Muestran su nieve, al sol, lejanos montes,
pero ya es suave el sosegado frío
que ablanda y agudiza
los dardos del sol alto.
Hoy, Nerea, no quieras que nos ocultemos;
nada nos falta porque nada somos.
No esperamos ya nada
y al sol sentimos frío.
Pero, tal como es, gocemos del momento,
Solemnes levemente en la alegría
y aguardando a la muerte
como quien la conoce.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
En el "colorín" de El País de ayer Javier Marías publicó este artículo, del que reproduzco un fragmento:
Para qué sirven nuestros impuestos?
¿Para salvar a Bankia con 24.000 millones de euros, sin que nadie dé explicaciones de lo que allí ha pasado ni el desastre tenga consecuencias para Blesa, Olivas, Rato y otros responsables?
¿Para parchear antes la CAM y el Banco de Valencia y otras entidades de las que ni nos acordamos?
¿Para que Esperanza Aguirre coloque a incompetentes mandados suyos en algunas de esas entidades y las controle?
¿Para que construya campos de golf ridículos y superfluos en los que hacerse fotos, y Fabra de Castellón y Camps un aeropuerto sobre el que no se ha posado un solo avión, lo mismo que otros políticos en Ciudad Real?
¿Para que hagan negocios Urdangarin y su socio Torres, y Unió Mallorquina y el ex-Presidente Matas?
¿Para que los hagan los de la trama Gürtel y el Canal Nou de Valencia, y varios ex-alcaldes de Majadahonda y otros municipios madrileños?
¿Para que altos cargos de la Junta de Andalucía sustraigan fondos de las arcas públicas y se los gasten en farras?
¿Para que el juez Dívar viaje a Marbella creyéndose James Bond (por lo secreto de sus misiones)?
¿Para que Millet y Montull hagan negocios desde el Palau de Barcelona (qué fue de ellos, nunca más se supo)?
¿Para que los hicieran antes aquel Roca y aquellas Yagüe y Martos de Marbella, no digamos aquel Gil y Gil de piscina?
¿Para que un sinfín de alcaldes desaprensivos los hayan hecho a costa de destrozar el litoral entero y numerosas ciudades, convertidas todas en empresas y “escenarios”, sin que sus habitantes importen nada?
¿Para sufragar a una Iglesia insolidaria, quejica y metomentodo?
¿Para que promotores inmobiliarios y constructores sin escrúpulos edifiquen ilegalmente y luego sean indultados como los graves defraudadores del fisco?
¿Para las jubilaciones millonarias de los directivos de cajas y bancos que habrían quebrado de no ser por “nuestro” dinero?
Son tantos los casos de corrupción, a pequeña o gran escala, que es imposible recordarlos todos. Sí se cuentan con los dedos de las manos, en cambio, las condenas en firme de los corruptores o corrompidos, y con aún menos dedos las devoluciones efectivas de las cantidades robadas. A lo largo de años se ha comprobado que la corrupción no pasaba factura en las elecciones (notable lo de Valencia, por reiterativo), es decir, que a la ciudadanía no le importaba. Quizá eso esté tocando a su fin, sería hora. Alguna vez lo he dicho: me juzgo tan normal que pienso que lo que a mí me ocurre le pasará a mucha más gente. Por primera vez pagar impuestos no me ha sobresaltado ni me ha irritado: me ha cabreado enormemente. Más les vale a nuestros políticos dar un giro (y asistir al Congreso, que está vacío), combatir la corrupción en serio y dar detalladas explicaciones, de Bankia y de lo demás. O puede estar cerca el día en que los españoles iniciemos masivamente una insumisión fiscal. ¿Y entonces qué, señorías, después de la ruina? ¿Nos amnistiarán a todos, como a los graves defraudadores, o nos tocará a nosotros indultarlos a ustedes?
JAVIER MARÍAS
El País Semanal, 17 de junio de 2012
Con esta panda de golfos lo raro es que aún no estemos arruinados del todo. (O sí los estamos?).
(Lo único es que me da repelús comentar estas cosas, por muy fuertes y muy de actualidad que sean, debajo de un poema de Pessoa.)
Asistimos a una farsa nauseabunda; da grima ver cómo algunos que persiguieron alevosamente al juez Garzón por destapar la trama corrupta Gürtel se rasgan las vestiduras porque este hombrecillo fatuo y amanerado haya dilapidado en farras unos miles de euros del erario público. La mayoría de los magistrados del Supremo, hasta hace cinco minutos, hacían denodados esfuerzo por tapar el despendole caribeño del jefecillo… Sólo la presión de la opinión pública hizo que cambiaran hipócritamente de actitud, para marcar unas distancias que, a buen seguro, serán milimétricas en muchos casos: digo que los abusos de Dívar no deben de ser los únicos de la Casa.
Era un poema ver ayer los esfuerzos de los prohombres y de las promujeres de la patria por aparentar una frialdad y un distanciamiento hostil con el desvalido juguete roto que es a día de hoy el otrora agasajado Dívar.
Qué duda cabe de que era urgente depurar el CGPJ y el Supremo de semejante elemento. Además, un fanático religioso no puede estar a los mandos de la Judicatura (lo puso Zapatero, ¿no?).
Pero… ¿se va a sanear con su salida la miasma de semejante pantano? Hay quienes aseguran que el sucesor in péctore es bastante peor que el defenestrado…
¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos estén retrotrayendo a la Edad Media? ¿Volveremos a una sociedad de siervos y señores? ¿Montará la nueva (?) Inquisición sus piras en la plaza pública?
A los conspicuos que ayer fruncían el ceño ante el pequeño (dada la dimensión de lo afanado) presunto choricillo- malversador de caudales públicos, les recomendaría que guardaran algo de su santa indignación para los trincones millonarios, prevaricadores compulsivos, depredadores de animales en extinción y arteros defraudadores que comparten con ellos el hacer cotidiano.
Esto se tiene que caer; así no hay quien viva con decencia (y al paso que vamos aún sin decencia). Es como si tuviésemos sentado sobre la barriga a un gorila con porra y pistolón…, que terminará por asfixiarnos. A menos que le demos una patada en los cojones y nos levantemos del suelo, maltrechos pero dignos.
He dicho.
Al remilgoso y al pejiguera, déjalos fuera.
Háblame del mar, marinero.
Cuéntame que sientes allí, junto a él.
Desde mi ventana yo no puedo verlo.
Desde mi ventana el mar no se ve.
Acertar errando, sucede de vez en cuando.
No hay muerto malo ni novia fea.
(proverbio boliviano)
Es imposible criticar un mal libro sin pavonearse.
(AUDEN)
Nos lavará,
nos purificará
el señor Tiempo.
(RAFAEL BALDAYA)
Publicar un comentario