con sombrero de paja, recatado, soy tu único hijo.
A través de la luz de cebra en abanico del lago
nuestro bote alquilado se desliza sobre la luminosa calma.
Y estamos ansiosos, llegados a este
primer cuadro vivo de nosotros mismos; y tus ojos que miran
atónitos mis nueve años osados,
mi consciente corazón que oye el clic de los toletes
y se llena de datos privativos de ti...
Cómo Francia es rosa, cómo el mediodía no tiene sombras,
cómo los malos ángeles rebeldes cayeron
de esa altura de marfil, y cómo ardieron.
Y tú estás vagamente debilitado y proyectas
una sorpresa de peniques, algún gesto directo,
por ser orgulloso e inarticulado, tu mente
dramática y agitada, sorprendida por el amor;
en silencios herméticos como este
retorna la magra mano ancestral, la voz
de lo no cumplido con su toque de navaja
exhortando nuestro disperso aliento a decidirse.
Y padres e hijos en sus mutuos ojos,
intercambian (un momento vasto y volátil)
la mirada de los paralíticos, o las noticias
de los constructores sobre la invadida tierra.
Ahora tengo veintidós años y tú estás muerto,
Y tarde en Lincoln Park los remeros pasan
contrariados en sus odiseas, el lago
no es deslumbrante ni ancho, sino oscuro y trivial.
6 comentarios:
tolete: escálamo; estaca pequeña y redonda, encajada en el borde de la embarcación, a la cual se ata el remo.
Quien fía a su memoria fía a una traidora.
La civilización no acaba con la barbarie, sólo la perfecciona.
(VOLTAIRE)
Si Hitler entrara en guerra contra el infierno, no dudaría en aliarme con el diablo.
(CHURCHILL)
Ni en el Guadiana
ni en el Guadalquivir
hay hipopótamos.
(CUQUI COVALEDA)
Era una jaula enorme: con bosques, ríos, colinas... en su interior. El pájaro que allí vivía nunca se consideró enjaulado. Pero eso no excluye que vivía en una jaula.
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