una casa con hiedra trepando por sus muros
la leña amontonada sobre una carretilla
un rebaño de ovejas con su perro pastor
los caminos pidiendo que mis pies los recorran
dos hileras de árboles
de distinto verdor a ambos lados de un río
los olivos las vides el maíz los girasoles
paisajes sucediéndose detrás de los cristales
como en una película
como en una pantalla pero ciertos
reales
tan cercanos que casi rozan las ventanillas
y yo a bordo del tren
dentro de mi vagón mirando todo eso
yo dejando caer mi frente sobre el vidrio
queriendo y no pudiendo decir
-aquí me bajo
3 comentarios:
Lo que amamos, tan cerca y tan inalcanzable. Todo por una membrana que intraspasablemente nos separa de ello.
El mundo a veces es como un tren, al que pedimos que se pare, que me quiero bajar. Y no se para.
Quien se pierde por una pasión pierde menos que quien pierde su pasión.
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