levanta la persiana
y he aquí que se colma
de oro y aire
opalescente el vaso
de la habitación. Oh mañana,
oh celeste arrogancia,
no me arrastres, no me agarres
a la fuerza, no estoy preparada aún-
piensa y al tiempo lo susurra
a su titubeante resistencia-
se te opone
lo arduo y la sombra
de mi opacidad
que no quemó la noche
ni alejó el despertar.
Te ruego, nuevo día,
ven, pero hazlo lentamente
entra lentamente en la sustancia,
enciéndeme lo mismo que una lámpara
así seré votiva
como debo y como quiero
a ti, a mis congéneres,
al ánima del mundo
que nos acoge, nos ofende
y no poco nos conforta, nosotros parte suya.
4 comentarios:
La verdadera
heroicidad consiste
en levantarse.
¿Dónde termina la persona, su contorno, sus límites? ¿Dónde empieza lo que es incluso más cierto que ella misma, el dolor en su voz, la inocencia en sus ojos?
(BOBIN)
Me buscarás
en todos los lugares
y sólo me hallarás
dentro de ti.
(MARIMAR AGUAYO)
en sus ligeros espejos de aguas suavísimas
pequeñas flores azules dudan
entre
flotar
y
sumergirse
(ROBERT RIVAS)
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