Todo aquello que por ser
llama y canción, y concedernos alegría,
creímos que volveríamos a ser, a hacer, a visitar,
resulta que fue lo que fue
esa única vez. Cada iniciación
no es el comienzo
de una serie, de una construcción: lo maravilloso
aconteció en nuestra vida, nuestra historia
no se opaca con su ausencia: pero no
esperes volver a buscar más.
Lo que tenga que ser va a ser
único, como fue único aquello. Trata
de reconocer la próxima
canción por su aura en llamas como un
presente absoluto, como un ahora o nunca.
5 comentarios:
Aunque volviera ahora a aquella playa, no volvería a aquella playa.
No hay dos cosas iguales. No hay dos momentos idénticos. Nada es igual que nada.
Cuando pongo mis manos de metal,
mis manos primitivas sin destreza,
en tu pelo abundante donde empieza
tu cuerpo que respira amor mortal.
Cuando tocan mis dedos tu total
altura de los pies a la cabeza
sin que me tiemble el pulso, amo la pieza
maravillosa de tu ser carnal.
Y entonces de quietud y roce puro
tu mirada me vence, llena de aguas
y tu silencio femenino me arde.
De repente de acción me transfiguro
desciendo mi contacto a tus enaguas
y te desnudo y te amo y se hace tarde.
(CARLOS EDMUNDO DE ORY)
Ni siquiera una catedral barroca
tiene tantos
tan maravillosos encantos
como tiene Lesbia
bajo su delicada blusa.
(ALÍ CALDERÓN)
No te acerques demasiado a una casa de rosa,
pues los estragos de una brisa
o la inundación de una gota de rocío
derrumbarán su pared, amedrentada.
Y no intentes atar la mariposa,
ni escalar los setos de la consecución.
Hallar descanso en lo inseguro
está en el mismo ser de la alegría.
(EMILY DICKINSON)
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