pues serías el villano de mi siembra
y roerías mis ganancias, pero no soy granjero
sino el que cruza sus campos
y cuando me encontré tu cuerpo tieso
yaciendo solo y escarchado, las bolas de tus ojos
vidriosos y tus patitas delanteras así suplicantes
cruzadas en tu pecho y rosadas como dedos humanos,
y cuando vi tu mortandad en la congelada
luz de una mañana de invierno, yo, deshumanamente,
desgranjeramente, y sobre todo, imprácticamente,
sentí que también las ratas tienen derecho a vivir
y supe que había belleza en tu cuerpo
espolvoreado con resplandecientes perlas de una escarcha luminosa
y belleza en tus manitas cruzadas
sobre tu pecho antes de morir esta mañana.
3 comentarios:
Ahora sabemos que tienen emociones y sentimientos. El budismo en esto siempre fue por delante.
¿Alguien de los colegas sabe qué bicho es este?
Caminaba el bichito raro a tirones y paraba. Con las pinzas capitales erizadas y un dardo en su colita alacrana, parecía otear al final de cada trecho. Se detuvo en la proximidad de una lagartija que bucheaba al sol y que lo miró con displicencia. Reinició la marcha con sigilo y cuando llegó al patio, lejos ya del párpado del saurio, abatió las defensas y se mudó en una especie de oruga indefensa que corrió, esta vez sin detenerse, hasta desaparecer en el perfil de un escalón.
Saludos a la peña.
Evidentemente es un ejemplar adulto de gamusino silvestre.
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