Uno es lo que es
a partir de lo que siente, piensa y hace.
Pero uno hace, sin sentir, lo que cree, es y vive.
Uno se equivoca, miente
y destruye el amor, por fuerza.
Por miedo, uno deja de ser y se convierte en otro.
Y muere en el trayecto
por no dejar de seguir siendo.
Se asesina, en ocasiones, con gestos y miradas.
También, en el esfuerzo acumulado,
la simple negación
de un saludo, tono de voz
o ayuno de la piel
y peor, de la saliva.
Uno deja de ser de muchos modos.
La mayor de las veces, por miedo
a encontrarse o a perderse.
Puro y exacto, nunca se es.
Hay principios fortuitos, miríadas de tiempo
y polen de impulsos que abren caminos.
Senderos atrás y avenidas que desembocan
en dos, tres, el mundo y la vida.
Antes de llegar a donde iba,
uno es y no es, de muchos modos.
1 comentario:
Toda idea unidimensional del ser humano (regido sólo por la razón, regido sólo por el interés económico, regido sómo por la comodidad, regido sólo por los instintos...) se da de bruces con la realidad. El ser humano es una mezcolanza. En toda persona hay un raro, cambiante, inestable equilibrio entre razón y emoción, entre realidad y fantasía, entre consciencia y subconsciencia, entre agresividad y ternura... Sus actos y comportamientos no pueden entenderse sin esa heterogénea mezcla de factores, que en cada situación pueden manifestarse de forma diversa.
(J. A. MARINA)
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