anoche soñé que era
un demacrado árbol sin vida
y tú trepabas hasta mi nido.
estabas calma tan seria
mientras envolvías tus piernas
en mi tronco y presionabas
tu cuerpo contra el mío. y
dondequiera que tu humana piel
tocara mi dura corteza de mí
brotaban ramas hasta que
exuberante de hojas me volví
toda verde y plateada frágil
como plumas sosteniéndote
dormida en mis brazos de madera
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Nos reinarán Penumbra y Silencio.
(ROBERT RIVAS)
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