Me vacío de los nombres de los otros. Vacío mis bolsillos.
Vacío mis zapatos y los dejo al lado de la ruta.
Cuando se hace de noche arraso los relojes.
Abro el álbum de fotos familiares y me miro de pequeño.
¿De qué sirve? Las horas hicieron su trabajo.
Digo mi propio nombre. Me despido.
A las palabras se las lleva el viento, volando una tras otra.
Amo a mi esposa pero la envío lejos.
Mis padres se levantan de sus tronos, y suben
a las lácteas estancias de las nubes. ¿Cómo voy a cantar?
El tiempo me revela lo que soy, y cambio y soy el mismo.
Me vacío de mi vida y aún me queda mi vida.
1 comentario:
Un germen de escritura. La etimología de la palabra extrañar.
La abeja que digiere las veces necesarias y da lo dulce, aquello que pudo arrancar de la amargura.
Perder el vientre no es poca cosa.
Un amante es cosa fácil, se come con él, se bebe. Lo difícil es el tiempo:
alimentar el fuego como se alimenta de notas el in crescendo de una melodía improvisada.
Nos amábamos y ninguno se alarmaba de escucharse decir: te quiero comer.
Si no tuvieras la piel, te chuparía los huesos y las venas.
Bebería tu sangre.
No sé qué vamos a comer. No quiero cocinar para vos.
La etimología de la palabra extrañar: echar en falta algo
que formaba parte de nosotros.
No todo lo que comemos llega a formar parte. Mucho de ello sí.
De ahí el sentido de la evisceración.
Las reglas del buen gusto recomiendan
comer el animal eviscerado.
(CECILIA PÉREZ)
Publicar un comentario