miércoles, 13 de julio de 2011
Y mi voz quemadura (por Xavier Villaurrutia)
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
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16 comentarios:
Me gustó el poema pero al mismo tiempo me pregunto si los juegos de palabras como
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
o como
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
si esos juegos de palabras, un tanto infantiles, son propiamente poesía.
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
Yo otra vez. Las últimas tres líneas del comentario sobran.
Si los juegos de palabras son o no poesía, exige primero saber qué es poesía.
A mí, en general, me parece que no es poético aquello en que la forma se desvincula del contenido.
Por ejemplo, la rima me parece poco poética. Supongo que esto escandalizará a algunos. Pero es que un poema rimado, si se traduce a otro idioma, pierde la rima.
Esto no significa que todos los poemas rimados sean malos. Pero, si son buenos, lo son al margen -o con independencia- de la rima.
Con los juegos de palabras pasa igual. Evidentemente, si este poema se traduce al holandés o al polaco, el juego de palabras se pierde. Pero aun así creo que sería -seguiría siendo- un buen poema, porque lo es por su contenido.
De modo que en este caso los juegos de palabras (en sí mismos) que el poema contiene, puede que no sean poesía; pero tampoco le hacen daño al poema. A este poema.
En fin, es mi opinión y respeto la de cualquiera que de ella discrepe.
Yo juzgaría un poema de acuerdo a su contenido y expresión mucho más que por los recursos literarios que utiliza. Los juegos de palabras no se me hacen de ningún modo infantil, al contrario se me hace interesante su uso e impresionante poder crearlos de esa manera, no es tan fácil crear un juego de palabras como el de el poema.
Es cierto, que al traducir los poemas, ciertos recursos escritos desaparecerán, pero muy cierto es también que el contenido y expresión del poema siguen dentro, eso es lo que hace a un buen poema.
Alguna vez una maestra de poesía nos enseño que todo es válido en los poemas, siempre y cuando expreses “el sentimiento”, al fin y al cabo, todos somos poetas de nuestra propia vida.
La libertad cierra el pico
desde que hay toque de queda.
Pregúntale a los milicos
qué hicieron en La Moneda.
Cuando estoy solo soy todo mío.
(DA VINCI)
A los amigos, como a los dientes, los vamos perdiendo con los años, no siempre sin dolor.
(RAMÓN Y CAJAL))
Donde otro mete el pico, mete tú el hocico.
Al que debe bregar con pobreza
no le da tiempo a perder la cabeza.
Vente conmigo al palmar.
Yo te cogeré palmitos
y tú te los comerás.
Aunque no estés,
qué agradable tocar,
plegar tu ropa.
(SUSANA BENET)
En los bostezos largos se detiene el tiempo.
Cuando se sabe adónde se va, se odia lo que estorba en el camino.
(BARRETT)
No sé en qué género se clasifique a los juegos de palabras, pero Villaurrutia hizo de ellos, poesía pura y sublime.
albur jeje
Ese juego característico de palabras es una figura literaria que, además de saber en qué consiste, debe usarse con agilidad para no perder el ritmo, el flujo y la coherencia del texto; algo que Villaurrutia hace a totalidad, tomando en cuenta el aspecto lírico de su poesía. Este recurso no solo añade un ritmo cautivador a los versos, sino que forma una especie de catarsis que añade más intensidad a lo que se desea transmitir. Respondiendo tu pregunta, el uso de esta herramienta no es infantil y, sí, es propio de la poesía lírica.
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