miércoles, 16 de octubre de 2013
Desnudo en la ribera (por Roque Dalton)
Y, sin embargo, amor, a través de las lágrimas
yo sabía que al fin iba a quedarme
desnudo en la ribera de la risa.
Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez entre mis manos,
tu olor a disfrutada madera de sándalo
clavada junto al sol de la mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a tus antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre mis pasos
pensaba sostener con las palabras.
Pero ya no habrá tiempo de llorar.
Ha terminado
la hora de la ceniza para mi corazón:
Hace frío sin ti,
pero se vive.
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3 comentarios:
Por un beso que me diste
rabia tu madre.
Pues déjame devolvértelo
pa que no rabie.
Mucha gente no es más feliz porque su mente no se lo permite.
Quien mucho madura, se pudre.
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