miércoles, 11 de diciembre de 2013
El optimista (por Fayad Jamís)
El optimista se sentó a la mesa, miró a su alrededor
y se sirvió un poco de lo poco que halló. Le dijeron
que había demasiado nada (en realidad había pocomucho)
pero él devoró su ración sin hacer comentarios,
abrió el periódico, se fumó su café y acabó
de cenar en paz. Pensó: tengo derecho a comer con alegría
lo pocomucho que me gano mientras llega la abundancia.
Sin embargo seguían hablando de todo lo que no hay
no hay no hay no hay. No hay esto ni lo otro.
Pero el optimista se levantó en silencio
y otra vez recordó aquellos años en que sólo comió
lágrimas. No había nadie para decirle no hay sopa o bistec
o tome un pedazo de pan duro para el perro de su hambre,
pero jamás de sus dientes salieron discursos.
Y ahora estaba satisfecho de la cena frugal. El hombre
salió a la calle y echó a andar mientras silbaba.
Las luces eléctricas le recordaron el porvenir.
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3 comentarios:
Me ha encantado.
Ha dado en el clavo de la verdadera felicidad : el conformarse con lo que tiene uno, y saber disfrutarlo.
Ya lo dice el refrán : No es mas feliz el que mas tiene, sino el que se conforma con lo que tiene.
Si todos nos lo aplicáramos, seguro que no habría tantas insatisfacciones.
Siempre es un placer pasar por aquí.
Vendrá el viento
a pasar, en mi libro,
la última página.
(RAFAEL BALDAYA)
Se murió y sobre su cara
un pañuelito le eché,
pa que no toque la tierra
la boca que yo besé.
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