Me muestra un muelle,
un mar, un puerto, un faro.
Me enseña a deslizarme por la arena.
Y me cierra los ojos,
y veo su presente, mi pasado.
Lo que mira esta niña
es lo que yo he olvidado.
La calle que camina
bajo mis pies existe como un rastro.
Si la veo alejarse
veo mi nacimiento, mi legado.
La anciana que seré me da la mano.
Una mano de fuego.
Una piedra de fuego con forma de una mano.
Atrás la brisa inmensa es una voz,
y el invierno en los árboles
suena como un susurro
que imitara un aplauso.
Y le muestro una casa, un muelle,
un puerto, un mar, un faro.
Lo que ha dejado atrás es lo que espero.
Mi casa llena,
su mundo desolado.
2 comentarios:
Escuchar con atención es una forma de dar.
Sin inmutarse
ve lo que pasa en Auschwitz
la mente cósmica.
(RAFAEL BALDAYA)
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