No sé si el mar es, hoy
–adornado su azul de innumerables
espumas–,
mi corazón; si mi corazón, hoy
–adornada su grana de incontables
espumas–,
es el mar.
Entran, salen
uno de otro, plenos e infinitos,
como dos todos únicos.
A veces, me ahoga el mar el corazón,
hasta los cielos mismos.
Mi corazón ahoga el mar, a veces,
hasta los mismos cielos.
3 comentarios:
Todo viene del mar. Seguimos siendo sal y agua sobre todo.
Nadie manda en su propio corazón.
No debería ser así
pero
hay más idas que llegadas
hay más finales que inicios
hay más pérdidas que encuentros
hay más adioses que holas
(RAFAEL BALDAYA)
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