las luces incansables y el eco,
el irritado trueno de trenes que horadan la tierra,
la gente atormentada y apresurada, eran todavía los mismos,
¿pero, oh, otro hombre junto a mí, no tú!
¡otra voz y otros ojos en los míos!
Y de pronto me volví y vi de nuevo
las brillantes curvas en las vías, el puente en lo alto,
habían sido marcados profundamente en mi corazón,
la noche que los miré para evitar tus ojos,
cuando decías: «¡Oh, mírame!»
cuando decías: «¿No me amarás nunca?»
y cuando respondí con una mentira. Oh entonces
bajaste la vista. Sentí tu dolor absoluto.
Hubiera dado la vida por decirte la verdad.
Después de un año he vuelto de nuevo al lugar –
la gente atormentada y apresurada era todavía la misma.
5 comentarios:
Aunque volviera ahora a aquella playa, no volvería a aquella playa.
La única cosa que me precio de haber comprendido muy pronto, antes de cumplir los veinte años, es que no había que engendrar. A eso se debe mi horror del matrimonio, de la familia y de todas las convenciones sociales.
Es un crimen transmitir las taras propias a una progenitura y obligarla, así, a pasar por las mismas duras pruebas que nosotros, por un calvario tal vez peor que el nuestro. Dar vida a alguien que heredaría mis desgracias y mis males es algo que nunca he podido consentir.
Todos los padres son irresponsables o asesinos. Sólo los animales deberían dedicarse a procrear. La piedad impide ser «genitor»: la palabra más atroz que conozco.
(CIORAN)
¡Demos por perdido el día en que no hayamos bailado al menos una vez! ¡Y sea falsa para nosotros toda verdad en la que no haya habido una carcajada!
(NIETZSCHE)
Lo que dieres te darán, y lo que hicieres te harán.
Quien se emociona por lo simple suele no ser simple.
(NAROSKY)
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