y ver en el otro lado de tu cama
a tu mujer llorando
es una experiencia importante.
Quiere decir, entre otras cosas,
que mientras paseabas por los cuartos
iluminados de tu cerebro
algo se estaba gestando cerca tuyo.
Un error con el cual mantenés
una particular relación de intimidad.
Porque aunque no firmemos nada
ni corramos apurados bajo la lluvia de arroz,
pensamos que es para toda la vida
y así seguimos.
Botes, que durante la noche,
quedan amarrados al muelle,
golpeándose entre sí,
según el viento.
4 comentarios:
Dos cabezas rozándose, tan juntas y a menudo tan alejadas...
No habitamos regiones. Ni siquiera habitamos la tierra. El corazón de quienes amamos es nuestra verdadera morada.
(CHRISTIAN BOBIN)
Povedano, lo que sucede es que en el medio hay una tercera
Hay científicos tan distraídos que no recuerdan dónde han dejado la ética.
Publicar un comentario